El lenguaje es tan antiguo como la humanidad misma, pues siempre ha sido necesario compartir y solicitar información con otros individuos como seres naturalmente sociales que somos. Claro está que existen muchas circunstancias que provocan que el mensaje no sea entregado apropiadamente, sea mal interpretado o que simplemente no pueda transmitirse.
Hoy en día, la gente evita lo más posible el negarse a hacer algo, como si la palabra "NO" estuviera fuera de su actual vocabulario, debido a ese sentimiento de culpa o de incomodidad que viene acompañado de dicha negativa. Por defecto, la gente "sabe" que lo negativo es malo, y por tanto evita malas prácticas según su educación, sus valores, o simplemente porque lo dicen en la tele.